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El maridaje perfecto para lograr mejorar tus resultados

Sabes que soy un gran defensor de lograr maximizar el rendimiento y por supuesto, hacerlo desde el disfrute en plenitud. Ahora bien, esto tiene sentido si se tiene un fin en mente, un “para qué” quieres rendir más, para qué quieres lograr más. Y para ello, es muy importante tener ambiciones, deseos de lograr nuevos retos, nuevas metas. El gran pintor español Salvador Dalí lo definió maravillosamente cuando dijo, “La inteligencia sin ambición es un pájaro sin alas”.

En muchas ocasiones, en ciertas culturas como la española, el concepto de «ser ambicioso”, no tiene muy buena prensa, es como si fuera algo “sucio». Parece que ser ambicioso, es algo reservado a personas que de algún modo no son buenas, que están dispuestas a hacer lo que sea por conseguir sus objetivos, y esto no tiene absolutamente ningún parecido con la realidad.

Según la R.A.E. lo define, ambición es el deseo ardiente de conseguir algo, especialmente poder, riquezas, dignidades o fama. Especialmente, pero no únicamente. Y también lo define como algo que se desea con vehemencia.

Ambición es lo que le llevó a Colón, a querer llegar a las Indias cruzando el océano, lo que llevó al ser humano a volar, a viajar por debajo del agua, a llegar a la luna y a inventar millones de inventos. Ambición es lo que te hace querer jugar otra partida al futbolín, para ver si esta vez ganas. Para mí, ambición es no conformarte con lo que ya eres y has logrado, y desear ir más lejos de ti mismo y tus hazañas.

Incluso si relacionamos la ambición con el deseo de conseguir riqueza, ¿qué hay de malo en ello? la riqueza por si misma no es mala, el uso que hacemos de ella es lo que puede o no, ser negativo. Podrías utilizarla para dar oportunidades a los que las necesitan, creando centros de estudio u hospitales. O incluso relacionado con conseguir la fama, ¿qué hay de malo en ello? nuevamente la fama ni es buena ni mala, lo que haces una vez que la has alcanzado es lo importante. Podrías utilizar tu popularidad para defender causas, como cada vez más lo hacen personajes famosos.

Creo que queda claro que la ambición no es mala, es el uso que hacemos de ella lo que la puede convertir en algo negativo, pero tú tienes la posibilidad de elegir, tienes la posibilidad de hacer algo positivo con ello. Por esto te invito a que seas ambicioso, muy ambicioso, que ambiciones grandes logros, porque estoy seguro que de un modo u otro, el mundo se beneficiará de tus éxitos. Y si alguno no llegas a lograrlo en la medida que deseas, seguro que en el camino habrás cosechado muchos éxitos que habrán merecido la pena, y que igualmente habrán ayudado a otras personas. De hecho, solo el hecho de que ambiciones y no te conformes, ya es positivo como modelo para otros.

¿Para que quieres un Ferrari, si no lo vas a mover del garaje? ¿De qué te sirve seguir aprendiendo, si no lo pones en práctica para lograr algo realmente grande?

¿Qué opinas sobre ser ambiciosos? ¿Cuáles son tus ambiciones? Me encantaría conocer tus reflexiones sobre la ambición y el beneficio que nos puede aportar si la utilizamos con inteligencia, ¿nos lo cuentas más abajo en los comentarios?

Y si este contenido te ha aportado, te invito a que lo compartas en tus redes sociales, juntos podemos ambicionar un mundo, en el que todos nos propongamos grandes retos y utilicemos la inteligencia para lograrlos.