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Busco cambiar a un realista por un optimista, ¿quién quiere?

El panorama no es optimista, si, lo sé, ¿entonces qué hacemos, nos armamos de pañuelos y lloramos todos juntos?

Esta es la impresión que he sacado de una conversación con un cliente hoy. Él me argumentaba que políticamente no hay optimismo con los que ahora están en el poder, tampoco con los que podrían sustituirlos, que hay países donde ya llevan viviendo una situación de permanente crisis tras haber vivido años de gloria, y claro ¿por qué España va a ser distinta? ¿y si no se recupera esta situación ni en 2 ni en 5 ni en 10 años? ¿y si esto solo puede mantenerse o empeorar? Él me afirmaba que prefiere ser realista, a lo que le pregunté ¿y cuál es la verdadera realidad?

Esta es mi respuesta:

  • Tal vez sea eso lo que ocurra o tal vez no, pero sea lo que sea, a mí me cogerá trabajando, y si hay una posibilidad de que con duro trabajo y mucha cabeza coger una buena oportunidad, tendré más probabilidades que si lleno mi despacho y peor aún, mi mente, de pañuelos y lágrimas.
  • Si me encuentro bajo de moral al mirar por la “ventana” y ver el panorama, pienso en otras personas, países y situaciones que fueron mucho peores, y pienso en ¿qué hicieron las personas que lograron salir airosos de esas duras situaciones? (desde los campos de concentración de la 2º Guerra Mundial hasta la crisis del crack del 29 en Nueva York, por poner dos claros y gráficos ejemplos).
  • Es posible que todo esto perdure, y de ser así, las necesidades de las personas, las empresas, etc. Cambiarán, por lo que la pregunta es ¿cómo cambiarán sus necesidades y en qué modo puede mi empresa o yo satisfacerlas? Porque de una cosa estoy seguro, para que el mundo giré (y seguirá girando, con o sin crisis) siempre habrá necesidades que cubrir, donde un Ferrari no tiene cabida tal vez 1.000 Ford Fiesta tengan muchas opciones.
  • También pienso, como persona con mente emprendedora, estoy lleno de recursos, yo creo el camino, yo soy quien decide y crea mi destino, entonces ¿qué destino deseo, qué camino quiero recorrer por este nuevo campo y hacia donde percibo que tendré más probabilidades de éxito?.
  • ¿Qué nuevas habilidades he de aprender para navegar en este nuevo mar con tanto viento cambiante? ¿en quién he de convertirme para poder llegar a buen puerto en esta nueva realidad?.
  • En África (como en nuestros bosques) lo que para el león es un festín, para la gacela es una crisis. Puedes vivir pensando que eres una gacela o puedes convertirte en león. Y lo digo literalmente, porque o te comes a tus miedos o ellos te comen, tu decides.

¿Quién vas a ser hoy? ¿león o gacela?