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Como emprendedor, ayudar a los demás, es ayudarte a tí mismo

Si eres emprendedor y quieres hacer tus sueños realidad, la forma más fácil de lograr que así sea, es ayudando a los demás a que alcancen aquello que deseen. Aquí os dejo una vieja historia que nos muestra hasta que punto puede ser decisivo en nuestra vida la actitud de ayuda a los demás.

Cuenta una historia que había un ratón que estaba mirando a través de un agujero en la pared, cómo un granjero y su esposa abrían un paquete.  El pensaba qué tipo de comida podía haber allí… pero quedó aterrorizado cuando descubrió que era una ratonera, ¡una trampa para ratones!

Emprendió una carrera hacia el patio de la Granja para advertir a todos: «¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!»

La gallina, que como es habitual, estaba cacareando y escarbando, levantó la cabeza y dijo: «Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, mas no me perjudica en nada, no me incomoda».

Entonces el ratón fue hasta el cordero y le dijo: «¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera!». A lo que éste le contesto: «Discúlpeme Sr. Ratón, no hay nada que yo pueda hacer, solamente rezar por usted. Quédese tranquilo que será recordado en mis oraciones».

El ratón se dirigió a la vaca, y ésta le dijo: «¿Pero acaso, estoy en peligro? Pienso que no».
Entonces el ratón volvió a la casa, preocupado y abatido, para encarar a la ratonera del granjero.

Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando su víctima.  La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad, ella no vio que la ratonera atrapo la cola de una cobra venenosa y ésta le mordió a la mujer. El granjero la llevo inmediatamente al hospital.

Al cabo de unas horas, volvieron a la casa pero la mujer seguía con fiebre.  Todo el mundo sabe que para alimentar a alguien con fiebre, nada mejor que una sopa. El granjero cuchillo en mano, fue a buscar el ingrediente principal: la gallina.

Como la enfermedad de la mujer no remitía, los amigos y vecinos fueron a visitarla. Para alimentarlos, el granjero mato el cordero.

Lamentablemente la mujer no mejoró y acabó muriendo. El granjero entonces vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral.

Posible interpretación: no pienses que solo tú tienes problemas, los demás a veces también los tienen aunque no lo sepan, y por otro lado, no pienses que los demás tienen problemas y tu no, nunca se sabe qué consecuencias traerán las distintas circunstancias que acontezcan.

Moraleja: ayuda y te estarás ayudando. Además, nunca sabes en realidad quien está ayudando a quién.

Y por supuesto, no te fíes de las apariencias… si no estas seguro de esta última afirmación, recuerda este vídeo sobre cómo el emprendedor guerrillero elige sus emociones.