DesdeLaTrinchera.com

Cuento: ¿quién eres en realidad?

Cuenta una leyenda, que hubo una vez una tigresa embarazada que falleció justo después de parir un precioso y pequeño tigre.

Andaba por allí un rebaño de ovejas que estaba pastando como siempre hacen las ovejas, sin hacer más. Y se acercaron al tigre. Este al no tener ningún referente más que las ovejas, pensó que era una oveja más y fue adoptado por el rebaño.
Vivía como ellas, comía pasto como ellas, balaba como ellas ¡beeeeh!, se quejaba de todo cómo ellas, sin hacer nada al respecto, y así día tras día.

El tigre fue creciendo pensando que era una oveja.

Un buen día, desde lo alto de una montaña un tigre adulto pudo ver el deleznable espectáculo para su raza de ver un tigre rodeado por ovejas comportándose como si fuera una de ellas. Muy enfurecido el tigre adulto corrió hacia el rebaño a la par que todas las ovejas y el pequeño tigre salieron corriendo presas del pánico.

El tigre adulto cogió al pequeño con sus fauces como las madres llevan a sus cachorros, mientras que el pequeño temblaba de temor, esperando que llegara el momento final en que sería devorado. Para su sorpresa, el tigre adulto lo llevo a la orilla de un lago y le obligo a mirarse en el agua, y tras esto le pidió que rugiera, a lo que el pequeño medio bala medio ruge ¡grrbeeh!, el adulto le muestra cómo es un rugido de tigre ¡GRRRRR! y le pide que lo intente una y otra vez hasta que lo logre, tras unas cuantas repeticiones el pequeño tigre lanza su feroz rugido ¡GRRRRRRRRRRRRRR!

Dicen los sufíes que este es el rugido de un ser humano que toma conciencia de quién es en realidad.

Estamos en la misma situación que ese tigre, somos tigres entre ovejas, estamos balando en lugar de rugir como nuestra naturaleza nos dicta.

Hemos de despertar a la grandeza de nuestro ser y dejar de seguir al rebaño porque ello es conveniente.

No podemos irnos de esta vida sin haber descubierto quienes somos en realidad, ni sin vivir nuestra vida desde el YO más grande y profundo.

 

Imagen